Látigos y miedos (2ª parte)

(Pincha aquí para leer la 1ª parte) -Vamos a ver… Alberto pasaba el dedo por la pantalla de su dispositivo electrónico como si buscase información para una tesis. -Mira Miedo a despertar de Habeas Corpus, vamos a ver… Han diseñado un sistema abierto, pero cerradoEn el que todos y todas estamos encerradosUn agujero escarbado en…

Látigos y miedos (1ª parte)

Ni los ruidos de las tazas o la máquina del café, ni los saludos, ni las risas, ni los comentarios o el despliegue de las hojas del diario, ni siquiera la televisión de fondo. Todo aquello pasaba a un segundo plano. Alberto fijaba su mirada en la amplia sonrisa de Blas. Soberbia, fanfarrona, incluso molesta….

La normalidad

-Hola Sandra, me alegro de conocerte. Pasa, siéntate. La joven rodeó la silla para sentarse sin dejar de mirar al terapeuta con ojos amedrentados. La cara de aquel hombre enchaquetado con gafas, parecía inocente. No obstante, sus decisiones podían condicionar la vida de las personas. Cualquiera sabe lo que le tenía reservado. -Imagino que sabes…

La ley marcial

El silencio cae sobre la ciudad como una oscura manta. Es mediodía y la gente va de un lado para otro.  No va, corre de aquí para allá. Sonriendo, siempre sonriendo. En silencio. Rara vez hablan. Para hablar hay que pararse. Cuando hablas cuesta mantener la sonrisa, y si no mantienes la sonrisa, ya sabes…

La fábrica

-Tío ¡Qué mal me siento! -Siempre igual. Vaya porquería de vida. Las nubes de la madrugada se aliaban con los humos de la fábrica para ensombrecer el aire y los semblantes. Alen, Dalia y Jergon acudían a su trabajo cabizbajos y somnolientos. -Por mucho que nos quejemos, esto no va a cambiar. Dalia seguía mirando…

El laboratorio

Los colmillos del enorme animal parecían estar a punto de clavarse en los barrotes que le separaban de sus no deseados compañeros humanos. Varios domadores se movían a un lado y a otro agitando y golpeando repetidamente sus látigos. -Nada. No veo manera de que se calme. Por eso te he llamado. Por favor, profesora…

Antes y ahora

Antes -Ave María purísima. -Sin pecado concebida. – Padre, me confieso de que he tenido malos pensamientos. -Mmmm. ¿Cuántas veces hijo? -No sé, Padre. Varias. -¿Varias? –Si. -¿Pero como varias? -Pues varias…al día. -¿Ah sí? ¿Y qué te parece eso? -Mmmm. Mal, Padre. Muy mal. -Entiendo que estamos hablando de pensamientos impuros. -Mmm. Si Padre….