Otra vez Primero de Mayo y a pesar de los denodados esfuerzos de la izquierda oficial, aún hay personas a quienes esta fecha evoca genuina preocupación por la lucha social, ansias de justicia, proyectos para una sociedad nueva, etc. Tema de fondo tradicional en esta fecha es la división en clases que la sociedad humana sufre, la cual ya de por sí es signo de desigualdad y síntoma de injusticia. Aunque el término clase y todo lo que conlleva haya evolucionado enormemente desde las formulaciones que hicieron los primeros pensadores del movimiento y las luchas obreras allá por el siglo XIX.
Al hilo de esto, hacía ya tiempo que quería comentar en Habitante de la Noche una letra que no dudo en calificar a la vez, de brillante y estremecedora, fruto del talento del padre del rock urbano carabanchelero, madrileño y español, el gran Rosendo Mercado. El cual no es la primera vez que aparece por estos andurriales.
Al año de su inmortal éxito Loco por incordiar, Rosendo publica otro gran LP titulado Fuera de lugar. Pues bien, hoy traemos al blog el cuarto tema de dicha obra; El Ganador.
Aunque le cuadre, no me ladre buen señor
Ya sabemos de su parte, que es el ganador
Véngase conmigo si me haría usted el favor
Quítese la venda cuando tenga la ocasión
Súbase la cuesta y si lo aguanta de un tirón
Dé la vuelta al ruedo recogiendo la ovación
Que en la esquina de mi calle encuentro uno mejor.
Está claro que nos dirigimos a alguien que está por encima nuestra –señor– y que no solo nos mira por encima del hombro, sino que nos maltrata, nos avasalla, nos ladra.
Me encanta la errónea conjugación –me haría en vez de me hiciera-, si el señor está arriba, quien se dirige al señor está debajo, y la falta de cultura siempre se ha identificado con las clases bajas. No en vano, el acceso a los saberes fue una de las primeras reivindicaciones del movimiento obrero. Nunca ha convenido que los pobres accediesen a la cultura. Hay que repetir sin descanso que es un bien de primera necesidad, y los precios en el acceso a libros, películas, teatro, música, etc. constituyen una forma de censura como otra cualquiera. Aunque quizá la peor censura sea la que uno se pone a sí mismo negándose a leer.
Quisiera aclarar desde ya que nadie tiene la culpa de nacer donde ha nacido. Cosa distinta ocurre con las decisiones, acciones u omisiones que vamos tomando a lo largo de la vida. Pues pareciera que muchos de estos ganadores, quizá por estar tan arriba, quizá por buscarlo voluntariamente, tienden a ignorar gran parte de la realidad, normalmente la menos agradable. Igual que si se hubieran puesto una venda. ¡Cuanta gente podemos llegar a encontrarnos que ignora completamente realidades como la esclavitud infantil, las guerras que no salen en los medios, y afirmando para colmo que son muy de izquierdas!
Poco aguante suelen tener estos ganadores. La falta de esfuerzo es lo que tiene, lo veremos también a continuación. Aún así les suelen gustar los aplausos y ovaciones aunque uno cualquiera que pasa por la calle, en el día a día, en el esfuerzo cotidiano valga más la pena. –En la esquina de mi calle encuentro uno mejor-.
De niño pijo a sueldo fijo, un carrerón
Aplicado en el dictado sol, fa, mi, re, do
No es mala suerte aunque apeste a facilón.
Quítese la venda cuando tenga la ocasión
Súbase la cuesta y si lo aguanta de un tirón
Dé la vuelta al ruedo recogiendo la ovación.
La historia del ganador se resume rápido –de niño pijo a sueldo fijo-en buena parte gracias a no haber levantado la voz ni llevado la contraria –aplicado en el dictado–. Como decíamos, todo muy facilón.
Pues bien, a pesar de ser el ganador, de las facilidades, de las vendas… Esa vida no convence –es una pena que la cena se enfrió– y es que, una vez más …en la esquina de mi calle encuentro uno mejor.
Es una pena que la cena se enfrió
Y por poco se le quema el quid de la cuestión
No le dé la vena, la faena se acabó
Quítese la venda cuando tenga la ocasión
Súbase la cuesta y si lo aguanta de un tirón
De la vuelta al ruedo recogiendo la ovación
Que en la esquina de mi calle encuentro uno mejor.
Llegados aquí creo que es justo preguntarse. ¿Por qué cuando hablamos de ganadores siempre miramos para otro lado? ¿Los ganadores son siempre los demás? ¿Nadie podría cantar esta letra pensando en ti o en mí?
Es verdad que muchos hemos tenido personas que nos han ladrado, mirándonos desde arriba. Pero ¿no tenemos nosotros también gente debajo? ¿No hemos hecho o hacemos que se sientan mirados por encima del hombro, despreciados o maltratados? Creo que merece la pena pensar en que fijándonos en nosotros mismos, cayendo en la cuenta de que todos somos seres humanos también podemos construir la llamada, sociedad sin clases.
Y como colofón, un regalito para el primero de Mayo. Una playlist con temas de rock y metal con trasfondo social entre los que, por supuesto, está El Ganador y algún otro que quizá comentemos otro día. ¡Viva el Primero de Mayo!