El nuevo entrenador


Daban ganas de abrazar al sol. Era el día en que parece que la calle te llama. Cuando el tiempo se reconcilia con los pobres mortales tras un par de días de inclemente lluvia. El brillo del astro rey sobre el césped del campo alegraba el semblante.

Sin embargo, las caras de los jugadores hacían ver que no las tenían todas consigo.

-Tío, de verdad, vamos los últimos. A principio de temporada no lo hubiera creído por nada del mundo.

-¿Tú crees que un cambio de entrenador podrá hacer algo?

-Bah.

-¡Vamos señores! Arriba esas caras que aún queda liga. No quiero ver gestos de derrota. Luis el capitán acompañaba casi siempre con palmas las frases para animar a sus compañeros.

Poco les animaba ya. Lo máximo que conseguía Luis era que se callasen. Las caras continuaban largas.

Ya se habían cambiado todos. Miraban a la salida del túnel de vestuarios. ¿Empezarían el entrenamiento con balón? Muchos apostaban que la sesión iba a ser muy física, como signo de que había que «ponerse las pilas».

En ese momento, un hombre de unos cuarenta y muchos salió del túnel, elegantemente vestido, encorbatado y con el pelo engominado. Alcanzó al grupo de jugadores y tras un vistazo rápido comenzó a hablar.

-Hoy vamos a hacer una sesión especial. Algunas de las miradas de los futbolistas se entrecruzaron intentando adivinar de que se trataba aquello.

-¿Os gusta el chocolate?

Nadie supo responder nada. ¿A qué venía esa pregunta?

-¿No me habéis oído? Digo que si os gusta el chocolate.

Un equipo colista, tras seis jornadas sin conocer la victoria, desmoralizados. Llega un nuevo entrenador y pregunta; si les gusta el chocolate.

-A ver, mientras os lo pensáis, aquí viene el pedido que he hecho para este primer día.

Los ojos de los chavales se iban a salir en cuanto vieron una fila de bandejas con buñuelos y bizcochos apareciendo también por el túnel de vestuarios, transportados por camareras altas y esbeltas.

Cuando las bandejas llegaron a su altura, nadie se atrevía a mover un músculo.

-¡Seguimos! exclamó el preparador.

Filas de nuevas fuentes, repletas esta vez de pasteles de crema, chocolate, moca, fresa, frutas almibaradas, cabello de ángel y un largo etcétera de manjares azucarados, formaban una procesión hacia el embobado equipo cuya capacidad de reacción parecía disminuir por momentos.

-¡Y para remojarlo!

Un carrito repleto de botellas de refresco y batidos de chocolate, fresa y vainilla ponía el colofón a tan suculento desfile.

Algunos de los jugadores estaban literalmente con la boca abierta. El entrenador tomó de nuevo la palabra.

-Quiero que en este equipo nos sintamos a gusto. Si alguien necesita algo que lo diga. No quiero que nadie se sienta mal en ningún sentido ni pase necesidad pudiéndolo evitar.

Algunos futbolistas se acercaban, quizá para cerciorarse de que lo que estaban viendo y escuchando era cierto.

-Y que quede muy claro. A partir de hoy solo vendrá a entrenar quien realmente le apetezca. Y no os estreséis mucho por la puntualidad. Se entiende que sois jóvenes y tenéis que divertiros y trasnochar, lo cual supondrá sin duda una traba para venir a trabajar puntualmente.

Parecía que había terminado. Nadie movía un músculo. Los pasteles miraban a los jugadores con aspecto seductor, mientras éstos seguían sin palabras.

-¿Qué? ¿No coméis? ¿No bebéis?

Parecía que Manolo el portero suplente iba a estirar la mano cuando Javi, el medio centro, en un movimiento rápido le desanimó de un manotazo.

-¿Nadie tiene nada que decir?

Volvieron a mirarse todos con seriedad. Luis, el capitán estaba acostumbrado a asumir responsabilidades. Sabía que le tocaba hablar aunque no podía disimular cierto temor. Era la primera sesión con el nuevo entrenador y lo peor que podía hacer era caerle mal desde ya.

El técnico, quizá entreviendo su intención lanzó una pregunta al aire, quién sabe si para darle pie.

¿Os parece raro algo de lo que veis? ¿Os sorprende?

-Perdone míster. Imagino que sabe que la situación de nuestro equipo es preocupante.

-Mala..muy mala. Se escucharon algunos ecos en el grupo.

-A ver, imaginábamos que hoy nos iba a mostrar un poco las líneas de su plan de trabajo, de cara a entrenamientos y próximos partidos, y verá… Luis tuvo que tragar saliva. Lo que más le apetecía era algo que refrescase su garganta, aunque fuese simplemente agua….-Nos trae usted un verdadero banquete, que claro, le agradecemos mucho, pero no sé si es lo más adecuado para el grupo en esta situación.

-¿Quieres decir que no queréis comer y beber todo esto ahora?

-Verá, no se moleste por favor. Algunos murmuraban entre ellos; -Nos veo a todos de patitas en la calle.

Luis continuó. -Pensábamos que lo que más necesitábamos era un revulsivo, trabajar más…y vemos unas bandejas con dulces, bebidas, chicas guapas y, por si fuera poco nos dice que no hace falta venir a entrenar, ni ser puntuales.

Javi decidió apoyar a su capitán. -Parece justo lo contrario de lo que necesitamos.

El nuevo entrenador fue recorriendo con su mirada al equipo, fijándose en todos y cada uno.

-Entonces resulta que estos mozalbetes dicen que, en vez de inflarse de comer y beber alimentos azucarados, de retozar, de trasnochar y divertirse, todo lo cual resultaría de una naturalidad aplastante… Lo que quieren es trabajar por el bien del equipo, sudar, esforzarse y aguantarse las ganas de vaguear y disfrutar.

Dejó pasar unos segundos. -¿Es eso?

Algunos dijeron que sí, otros, por si acaso, solo asintieron con la cabeza levemente.

-Pues muy bien señores. Ya podéis empezar a correr que llevamos veinte minutos de retraso en el calentamiento. Solo os digo dos cosas. Pensad esto que ha ocurrido hoy aquí cuando cualquiera en vuestras vidas tenga la intención de ofreceros un sinfín placeres y un camino fácil para conseguir algo. Y segundo, cuando terminemos la sesión y toque descansar, no quiero ver a nadie ni siquiera trotando o cogiendo un balón. Cada esfuerzo necesita su descanso para que surta efecto como debe. ¡A correr!

Photo by Franco Monsalvo on Pexels.com

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.